De ese matrimonio nacieron, entre otros, Don Alonso Portillo Cardos y Don Esteban Portillo Cardos.
A la muerte de su esposa se ordenó sacerdote y en 1691 era Comisario del Santo Oficio.
Don Alonso Portillo Cardos fue canónigo y arcediano de Guadalajara y vicario general de Madrid. Figuró mucho en las críticas circunstancias del testamento del rey Carlos II y en la vida del señor Echeverrieta, tesorero general en Nápoles, que fue asesinado en aquella ciudad.
Su tío el Licenciado Don Pedro García Cardos, clérigo del Picazo, fue capellán de la Capellanía que fundó Catalina Martínez Portillo, vecina de Motilla y, a su vez, fundó en 1680 una Pía Memoria con sus propiedades y designó administrador de ambas a Don Alonso Portillo Cardos.
Don Esteban Portillo Cardos, casó con Doña María Juana Pacheco y Mendoza, natural de San Clemente y descendiente del Marqués de Villena. Instaló su domicilio en el Picazo, construyendo su casa en la calle de Alarcón, la que posteriormente fue casa parroquial. Doña María Juana Pacheco y Mendoza falleció el 18 de marzo de 1705. Dejó establecido en su testamento que se le enterrara en San Clemente en la Capilla de los Pacheco o donde establecieran sus albaceas. Su esposo decidió que se la enterrara en la iglesia de Motilla.
De este matrimonio nació Don Francisco Portillo Pacheco, casado con Doña Maria Luisa Carcajona Ruiz, natural de Requena. Don Francisco Portillo Pacheco probó su nobleza ante la Real Chancillería de Granada. En 1752, al realizarse el catastro de Ensenada, D. Francisco Portillo Pacheco había trasladado su domicilio a Motilla del Palancar, si bien continuaba viviendo en el Picazo, donde conservaba su casa y propiedades. D. Francisco Portillo Pacheco poseía numerosas propiedades, en San Clemente, Villanueva de la Jara y el Picazo, en donde, entre otras poseía 22 almudes de azafranar en la vega de abajo, entre el río y el camino de la Losa y varias cuevas de vino en la Capellanía. En 1757 construyó una capilla en la Iglesia del Picazo para el uso de su familia. En Motilla del Palancar D. Francisco Portillo poseía, por compra, el cargo de Alguacil Mayor vitalicio y era dueño de un mesón.
De este matrimonio nacieron en el Picazo siete hijos: María Nicolasa, Ana María, Esteban, Francisco, Alonso, José y María Ana Portillo Carcajona.
A finales del siglo XVIII la familia Portillo se trasladó a vivir en forma permanente a Motilla y Requena, si bien Don Francisco Portillo Carcajona seguía apareciendo como propietario en el Picazo en el año 1814.